jueves, 29 de noviembre de 2012

La Palabra Prohibida - Adictos a la Escritura Noviembre

Acá les traigo para compartir el relato de Adictos a la Escritura de este mes.
La actividad consistía en hacer un microrrelato sobre un tema a elección entre tres, en el cual habrían "palabras prohibidas" que no podrían aparecer en el relato". El tema que escogí fue "Un encuentro amoroso" y las palabras que no se podían usar fueron: Pasión, deseo, amor, lujuria, cariño.
¿Que me dicen de mi relato? Espero les guste.

"Almas Enamoradas"


Antes de entrar al bar ya se encontraba nerviosa. No conocía nada más que el nombre del joven con quien debería reunirse allí. Lucas.
Su mejor amiga había arreglado una cita a ciegas con quien, bajo su criterio, sería el hombre ideal para Jesse; aunque ésta no se encontrara del todo convencida de su escrutinio.
Finalmente se armó de valor y cruzó el umbral de la entrada, encaminándose a la mesa reservada por su amiga. Se sentó a esperarlo. Pocos minutos habían transcurrido cuando alguien se sentó frente a ella, obligándola a apartar su vista de la carta y dirigirla al rostro de un bello extraño, cuyos impactantes ojos verdes la hechizaron por completo.
Atrapada en un desconocido remolino de emociones no pudo evitar quedar prendada ante una sonrisa que destilaba un encanto genuino, no uno forzado o fingido. Sus palpitaciones se aceleraron a ritmo frenético, amenazando con hacer explotar un corazón que parecía querer escapar de su pecho.
Lucas sintió la mirada de aquella extraña como si lo atravesara con un rayo, propagando leves choques de electricidad por todo su cuerpo y haciéndolo estremecer.
Ambos se miraron en silencio por un instante que parecieron horas, haciendo que una mágica e inesperada atracción se emanara entre ellos mientras intentaban comprender calladamente a qué se debía aquella extraña sensación que crecía en su interior, parecida al reconocimiento.
Si, tenían el presentimiento de que ya se habían visto antes, de haber experimentado con anterioridad un romance intenso y fogoso, cargado de devoción y ternura. Era como si se reconocieran más allá de sus cuerpos, como si sus almas pudieran recordarse la una a la otra con un mero contacto visual y revivir sentimientos pertenecientes a otros tiempos, a otra vida.
Sin romper con el mutismo, sus manos viajaron a través de la mesa para que sus dedos curiosos pudieran unirse con una delicada caricia. El momento en que se tocaron pareció romper las reglas del tiempo, pareciendo detener el instante en que ambos acabaron de reconocerse.
En la mente de ambos, recuerdos jamás vividos en sus actuales vidas, parecían proyectarse como una película: en ella una pareja de ancianos, vestidos de humildes ropas de antaño, se tomaban de las manos mientras yacía uno junto al otro en un lecho. Sin apartar la vista el uno del otro se transmitían absoluta adoración y querer, y esa conexión solo se interrumpió cuando ambos, al mismo tiempo, cerraron sus ojos para no volver a abrirlos en aquella vida. Pero se reencontrarían en otra, y volverían a vivir su romance.
Entonces, en aquel bar sus manos permanecían unidas, el silencio se prolongaba pero, al igual que en aquella visión, las palabras sobraban para transmitir sus sentimientos. Solo que su romance no revivió, sino que se despertó de un largo sueño, ya que nunca había muerto.
Sus antiguas vidas habían terminado, pero sus sentimientos perdurarían por siempre.